Te guías por los horarios ya estipulados para dañarme más, acrecentando la pena y complicando más la situación que me extraña, mientras mi cuerpo digiere las palabras cortantes que me destrozan el interior.
Siempre que estabamos juntas me susurrabas al oído que me amabas, una y mil veces. Cuando nos despedíamos, siempre me llamó la atención que me decías "A-diós... aunque soy atea". Reflexionando de una frase que leí (Dios es amor) entendí lo que me querías decir: Que nunca me amaste
Comentarios
que estés bien
besito
chau!!!!